Carranque

                             Carranque


Bienvenidos de nuevo aficionados a la arqueología hispanorromana. En esta ocasión el yacimiento estudiado será el de Carranque en la provincia de Toledo, probablemente por su cercanía a la capital de España, nos muy conocido a los madrileños y de este conocimiento sobre el mismo, se derivan una ingente cantidad de publicaciones al respecto, de las cuales se han seleccionado las que tratan aspectos más específicos, de aquello que hace a Carranque diferente del resto.
En primer lugar, en relación a lo ya mencionado, la villa romana en cuestión, se encuentra en la provincia de             Toledo, prácticamente en el límite de la Comunidad de Madrid (y a menos de 40 kilómetros de la ciudad del mismo nombre). Se encuentra a orillas del río Guadarrama, lo cual tendrá gran importancia en lo que se contará posteriormente, ya que este río fertilizaba las tierras de las riberas garantizando unas cosechas bastante abundantes, convirtiendo a Carranque en un centro productor de primer orden.  También es importante constatar, que el yacimiento se encuentra a unos pocos kilómetros al oeste del municipio que le da nombre, como podéis ver en el mapa colocado al inicio de la entrada. Y además de todo ello es muy probable que hubiera contactos con otras urbs de las proximidades como Complutum, Toletum o Titulcia.
Al contrario de los yacimientos tratados anteriormente, lo cuáles fueron descubiertos durante la primera mitad del siglo XX o a finales del siglo XIX en unos pocos casos, éste, fue sacado a la luz parece ser que en los años ochenta -1983 concretamente-. Lo cual deja de manifiesto que estamos en un punto, en torno al cual quedan puntos por descubrir y que es asombroso lo que se conoce del mismo a pesar de hacer apenas treinta años de su hallazgo. A día de hoy la Comunidad de Castilla La-Mancha le reconoce la categoría de Parque Arqueológico.
Cómo todas las villas romanas, la de Carranque se dividía en tres partes: pars agraria, pars fructuaria y pars urbana. Como ya se sabe, se autoabastecían, por lo cual debían producir todos aquellos productos que necesitaran y los desperfectos se arreglaban dentro de la misma.
La pars agraria era muy importante en la villa en cuestión, principalmente dedicada al cultivo de la vid y de olivos para la producción posteriormente de vino y aceite respectivamente. Ambas producciones coexistieron hasta finales del siglo IV, cuando a juzgar por los últimos estudios arqueológicos, queda sustituida la producción de vino a favor del aceite. La posibilidad del cultivo de ambas especies venía motivada por la fertilidad que aportaba el río Guadarrama en las terrazas situadas en sus márgenes.
La pars fructuaria, como es sabido, era adonde llegaban los productos cosechados para ser transformados y aptos para el consumo. En un principio la situación era bastante confusa para los arqueólogos, ya que se habían encontrado un torcularium (sala donde se ubicaba los instrumentos que se empleaban para el prensado, tanto de la uva como del las olivas (en su caso se llama trapetum), para que saliera el líquido deseado) en muchas de las villae de las proximidades, pero aquí no, esto se solucionó en el siglo XXI, a partir de 2004 cuando se descubrió una estancia de este tipo en Carranque. Con su descubrimiento se alumbró también dentro del mismo, tanto el lacus como la calcatoria utilizado para la pisada de la uva previamente. Todas ellas pertenecieron a la antigua casa de Materno de época altoimperial, anterior a la construcción del palatium de finales del siglo IV-principios del V, cuyo dominus se cree que fue  el propio Materno, el cual llegó a ser Prefecto del Pretorio de la parte oriental del Imperio (con sede en Constinopla) entre 384 y 388, reinando Teodosio I, aunque al parecer recientemente algunos autores tienden a pensar que el Materno Prefecto del Pretorio y el Materno dueño de la villa no eran la misma persona. Volviendo al discurso, en el caso de la producción de vino una vez fermentado y dejado reposar era llevado a la cella vinaria o bodega.
El Palatium, de finales de la dominación romana, hasta hace pocos años se pensaba que era una basílica, parece ser que esta explicación se debe a que en época visigoda se construyó sobre esta edificación un lugar de culto y esto es una explicación plausible acerca del porqué se han hallado en este caso una gran cantidad de enterramientos hasta el siglo VII. Es curioso que estos enterramientos bajoimperiales, tuvieran una factura a grandes rasgos muy similar al patrón escultórico emitido desde Augusta Emerita debido al prestigio de esta ciudad, desde época de Diocleciano capital de la Diócesis de Hispania. Se encuentra en un estado de conservación no demasiado bueno, y además, se sabe que las excavaciones no han concluido y falta para tener un conocimiento más complejo del mismo.
Dicho esto, una vez que hemos hablado de la villa propiamente dicha, así como de sus edificaciones/instalaciones más importantes, solo resta hablar de los mosaicos, los cuáles convierten a Carranque en un lugar donde observar espléndidos mosaicos que nada tienen que envidiar a otros como los de Las Musas en Navarra.
Aunque se salga de época altoimperial es necesario hacer una breve alusión al célebre mosaico de la Metamorfosis, el cual aparece dividido en varias escenas, y en las cuales aparecen varios hechos legendarios asociados en algunos casos al agua como el que tuvo como protagonistas a Pyramo convertido en río, así como Thisbe huyendo de una tigresa, dicha escena aparecerá reflejada inferiormente. Es del siglo IV. Por otro lado, en otro fragmento del mismo mosaico colectivo, aparece lo relacionado con aquel relato mítico de época clásica que vinculaba a Pegasus, Hypocrene y Amymone; la segunda de ellas surgió de la tierra al golpear el primero con una de sus pezuñas la tierra y la tercera fue transformada en fuente por el dios del mar Neptuno. Probablemente el más conocido de todos ellos fuese el dedicado a Océano, anterior a todos los anteriores (probablemente del siglo III), rodeado por especies animales y vegetales, la gracia del mismo era que en ocasiones tenía agua y daba la sensación de movimiento del mosaico de una manera muy real, se encuentra en una terminación en ábside del peristilo.
En resumidas cuentas, estamos ante una villa que es creada a finales de época altoimperial pero cuya casa de Materno pertenece a esta época, sin olvidar que en los siglos IV y V experimentó una tendencia similar a la que sucedió en el resto de la península tendente a la ruralización. Probablemente investigaciones posteriores contribuyan a sacar luz sobre Carranque.
   
       Pars fructuaria y pars urbana en comparativa a nivel de tamaño lo cual da una idea de la importancia de la producción de vino y aceite. García-Entero, Virginia, Peña Cervantes, Yolanda, et alii. 2011-2012, 161.
Torcularium original de Carranque, sin incluir la ampliación de época bajoimperial. Ibídem, 165.
Bibliografía
Arce, Javier. 2003: “La villa romana de Carranque (Toledo, España). Identificación y propietario”, Gerión 21 nº2, 15-28.
1993: “Mosaicos como documentos para la historia de la Hispania tardía (siglos IV-V)”, Archivo Español de Arqueología 66, 265-274.
Fernández Ochoa, Carmen, Bendala Galán, Manuel, et alii. 2011: “Cubierta del sarcófago con el ciclo de Jonás hallada en Carranque (Toledo)”, Archivo Español de Arqueología 84, 231-242.
García-Entero, Virginia, Peña Cervantes, Yolanda, et alii. 2011-2012: “La producción de aceite y vino en el interior peninsular. El ejemplo de la villa de Carranque (Toledo), De vino et oleo hispaniae. An Murcia 27-28, 155-172.
Rodríguez, Santiago y Barrio, Carlos. 2003: “El poblamiento tardorromano en el valle medio del río Guadarrama (Toledo)”, Bolskan 20, 267-275.
San Nicolás Pedraz, M. Pilar. 2004-2005: “Seres mitológicos y figuras alegóricas en los mosaicos romanos de Hispania en relación con el agua”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie II. Historia Antigua 17-18, 301-333.






Carranque
Vicente Castro Martínez.

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