Cantera del Mèdol (Tarragona)

Esta gran cantera de piedra caliza, próxima a Tarraco, sería una de las principales canteras de la región. Para los romanos las construcciones de piedra eran bien conocidas para edificios que buscaban ser de un carácter imperecedero o cimientos, aunque los materiales de construcción más usados serían la madera, el ladrillo y el hormigón. Serviría para realizar los edificios más importantes de Tarraco en época republicana y se seguiría usando en época imperial. Se encuentra próxima a la Vía Augusta, lo que facilitaría su comercio y distribución.

Cuando la roca era blanda se usaban sierras dentadas o cables de acero, obteniéndose un trozo muy limpio, si era dura debían de recurrir a la inserción de cuñas de madera o metal. Al bloque extraido se le daba forma con un pico de acero llamado maellus, para dejar el bloque completamente liso y cuadrado o con la forma conveniente en otros casos, como para hacer una dovela de un arco.



BIBLIOGRAFÍA:

Revista del Ministerio de Fomento, "Las canteras de la imperial Tarraco. El Médol" Vol. 596, 2010, pp. 70-75.

Por Rafael Guerrero.

Las bodegas romanas de Teià (Barcelona)

La zona del conventus tarraconensis parece haber sido una zona de importancia para la producción de vino, al parecer no era un vino que tuviera una gran calidad, pero Plinio el Viejo habla de su popularidad. Se empezaría a realizar ésta actividad a mediados del siglo I d. C, si bien se iría intensificando en el siglo II d. C.

Las construcciones no incluyen solo almacenes y campos de cultivo, también se encuentran edificios tan llamativos como el calcatorium que era un pequeño hoyo en el suelo para realizar la pisa de la uva o el lacus vinarus donde se fermentaria el mosto.


Lacus vinarus                                                          calcatorium

BIBLIOGRAFÍA:

MARTÍN I OLIVERAS A. (2011-1012) Anales de prehistoria y arqueología, "Arqueología dle vino en época romana: el proyecto de Celia Vinaria y el complejo vitivinícola de Vallmora (Teià-Maresme, Barcelona)", Vol. 27-28, pp. 113-139.

Por Rafael Guerrero.

Yacimiento de Iesso (Lérida)

Nos hallamos ante Iesso, bajo la actual ciudad de Guissona, en la provincia de Lérida. Parece haber sido un asentamiento romano importante que se fundaría alrededor del siglo I a. C, y tendría cierta influencia en todo el ámbito de la provincia de Lérida como centro de comercio.

Sigue la red ortogonal y los patrones de urbanismo romanos de la época, y lo más destacarle posiblemente sea su gran muralla, que la rodea. Además tiene unas termas y dos necrópolis bien documentadas.

Fue mencionada por Plinio el Viejo y por Ptolomeo, lo que permitió ser de los primeros yacimeintos de ésta zona descubiertos, en el año 1933.



BIBLIOGRAFÍA:

GUITART Y DURAN J. PERA I ISERN J. y ROS J. (2003) Actes de les jornades d`arqueologia y paleontologia 2000, "Arqueologia a l`antigua ciutat romana de Iesso", Vol. 1, pp. 313-342.

Por Rafael Guerrero.

Yacimiento de l`Alqueria de Moncofa (Castellón)

Este yacimiento del que me dispongo a hablar parece haber sido un centro de producción importante durante el Imperio, si bien un as (moneda de bronce de romana) de la época de Pompeyo Magno nos indica sus orígenes en época tardorrepublicana. Parece haber sido un villa con finalidad de explotación agrícola cuya existencia se prolongaría hasta el siglo IV d. C. Se encuentra junto a la vía Augusta, lo que facilitaría sus relaciones comerciales con otras regiones. La vía Augusta era un vía que recorría toda la costa Mediterránea y la Bética, y parece haber sido de importancia fundamental en la Península Ibérica.

Se han encontrado también restos en grandes cantidades de cerámica común, de utensilios agrícolas y de terra sigilata africana e hispanica. La terra sigilata es una cerámica de gran calidad que se daría durante toda la época imperial, existían de tipo  italica, galica, hispanica, y del norte de África, las de mayor calidad serían las dos primeras. Se trataría de una cerámica, como se muestra en la foto, muy fina, decorada, de colores rojizos y brillantes gracias a un barniz y realizada gracias a un molde, la existencia de ésta cerámica indica dinero.

En la villa también se han encontrado numerosas construcciones de tipo agrícola y una suerte de estanques para almacenar agua, posiblemente para regadío.



BIBLIOGRAFÍA:

OLIVER FOIX A. y MORAÑOPOBLADOR I.(1998), Quaderns de prehistòria y arquelogia de Castelló, El yacimiento romano de  l`Alqueria de Moncofa, Vol. 19, pp. 371-394

Por Rafael Guerrero.

Acueducto del Gayá, cerca de Tarraco.

El agua es fundamental para todas las ciudades, y esto los romanos lo tenían muy presente, por lo que vamos a ver un acueducto.

Un acueducto es un sistema que transporta agua a las ciudades, se constituye de un sistema de cañerías, no necesariamente sobre arcos de piedra como estamos acostumbrados, ésto se haría para salvar desniveles, pero ni mucho menos es todo el acueducto. Se harían normalmente de hormigón dado la ligereza de dicho material que permitiría una construcción más fácil. Muchas veces se harían túneles en montañas y colinas para favorecer el paso de agua y  también se construirían pozas para que, al caer el agua en éstas, se limpiase de impurezas y siguiera su camino. Estos acueductos requerirían un mantenimiento constante.

El acueducto de Gayá satisfaría las necesidades de agua de la ciudad de Tarraco, y sería construido a principios del Imperio, a finales del siglo I a. C. Tendría una longitud total de 45 km, la mayor parte se hizo mediante la construcción de bóvedas de arcos de medio punto recubierto por opus signinum por el cual discurriría el agua. El opus signinum hormigón realizado con fragmentos cerámicos que serían muy ligeros para poder ir sobre los arcos. Al final de su trayecto, hay un sistema de sifón invertido para salvar el desnivel y llegar así a Tarraco.



BIBLIOGRAFÍA:

SÁNCHEZ LÓPEZ E. y MARTÍNEZ JIMÉNEZ J. (2016) Los acueductos de Hispania, Fundación Juanillo Turriano, Madrid, pp. 160-163.

Por Rafael Guerrero.

Iluro

Hablemos sobre un asentamiento que se halla bajo la actual Mataró, en la provincia de Barcelona. Éste sería la ciudad romana de Iluro, sería fundada ex novo en el siglo I a. C, con población procedente de a cercana Ilduro.

Se puede ver de Iluro su trazado ortogonal, es decir, una ciudad trazada en cuadrícula, con avenidas perpendiculares unas a otras, no como las ciudades medievales que tendrían un trazado más anárquico, se basaría en dos calles, el Cardo Máximo y el Decumanus Maximo, serían las dos principales calles, y donde se cruzan se encuentra el foro.

El foro era un edificio donde se comerciaban bienes de lujo, se encontraba la curia, una suerte de ayuntamiento donde se tomaban las decisiones de  la ciudad, y el templo para rendir culto a los dioses.

Además se conservan edificios como una gran cisterna para abastecer a la ciudad de agua, calles, casas y otros edificios, entre los que cabe destacar una iglesia paleocristiana, es decir, una iglesia de los primeros cristianos.


Recreación del Cardo Máximo de Iluro.

BILBIOGRAFÍA:

MARTÍN I MENÉNDEZ A. y GARCÍA ROSELLÓ J. (2002) Valencia y las primeras ciudades romanas, "La romanización del territorio de los layetanos y la ciudad romana de Iluro (Hispania Tarraconensis), pp. 195-204.

Por: Rafael Guerrero.


La necrópolis del Cami de la Platja dels Cossis y la romanización.

La romanización es el proceso cultural por el cual los indígenas  originarios del territorio van adquiriendo paulatinamente la cultura romana, y aquí tenemos un claro de ejemplo de ésta transición. La forma de enterrar a los muertos posiblemente sea el último rasgo que cambia en un pueblo. En ésta necrópolis próxima a Tarraco se puede ver dicha transición. Entre los pueblos ibéricos el ritual funerario tradicional es la incineración, mientras que los muertos romanos serían enterrados. Así pues en ésta necrópolis hay en un primer momento en el siglo I d. C una coexistencia entre ambos rituales funerarios, sin embargo en el siglo II y III se ve una preeminencia de la inhumación con alguna incineración tradicional, por lo que se puede decir que la aculturación, es decir, la imposición de una cultura sobre otra, es total. Desde el siglo II, la incineración pasaría a ser una práctica residual en ésta zona.

BIBLIOGRAFÍA:

SEVILLA CONDE A. (2009) Saldvie: Estudios de prehistoria y arqueología, "El impacto de romanización en los territorios de la Provincia Tarraconensis a través de la arqueología funeraria" Vol. 9, pp. 229-248.

Por Rafael Guerrero.

Una villa romana autosuficiente

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Sara Varela Ruano.

Partes de un teatro romano

http://www.malagahistoria.com/malagahistoria/imagenes/teatro_romano_malaga/optimizadas/plano_teatro_romano.jpg.
Vicente Castro Martínez

Partes de una terma

                             http://images.slideplayer.es/18/6127876/slides/slide_3.jpg.
                             Sara Varela Ruano.

La ciudad romana

http://oi44.tinypic.com/o8ru6b.jpg. 
Vicente Castro Martínez.

Los Bañales.


Sara Varela Ruano

Órdenes Clásicos

                   
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Vicente Castro Martínez.


Lucus Augusti


La urbs de Lucus Augusti es una de las más significativas del norte peninsular. Es conocida fundamentalmente por sus imponentes murallas, y son estas murallas las que vamos a tratar más en profundidad en esta entrada del blog. Además, también hablaremos de los baños de Lugo, las termas.

La muralla estaba diseñada para proteger toda la ciudad, en estos términos hacía falta la construcción de un foso en el exterior del muro para garantizar la protección del recinto. En las labores de excavación de 1986 se encontraron restos de un foso situado a tan solo cuatro metros de la muralla y con una anchura de 25 metros. Se desconoce si el foso tenía agua o estaba vacío, las excavaciones e investigaciones arqueológicas no han dado prueba de que estas estuvieran llenas de agua.
Imagen sacada de López de Rego Urarte. pág. 108.


La muralla consta de dos partes a modo de hojas, estas partes están compuestas de lascas de pizarra pegadas con cal. Se usó mayoritariamente pizarra porque es un material de gran abundancia en la zona, también es posible localizar restos de granito en la composición de la muralla. La muralla de Lugo tiene la friolera de 2266 metros de extensión, es decir, rodea por completo el casco urbano de la ciudad.

El relleno de la muralla está compuesto mediante tongadas. Esta composición permite que la muralla sea flexible y que provocan deformaciones en la muralla. A estas tongadas compuestas de cal y mampostería se le añaden lacas de pizarra sin cal, estas lascas están colocadas en forma de espina de pez, es decir, opus spicatum. Esta forma de colocar las lascas permite que el agua pueda fluir entre la piedra a fin de impedir un deterioro de la muralla.

Alrededor de la muralla y guardando el acceso a esta tenemos la presencia de varias torres. Estas torres están compuestas en muchos casos por sillares de granito y en otras por la propia pizarra de la que está también compuesta la muralla. En un inicio, la muralla tenía 85 torres, de las que nos ha llegado la existencia de 71. Algunas de ellas son de planta rectangular y otras de planta circular, aunque abundan más las de planta rectangular.

Si damos un paseo por Lugo podemos apreciar la belleza de sus calles y la muralla que rodea su casco histórico. Además no es extraño ir caminando y hallar en el suelo un cristal bajo el cual se hallan restos de un antiguo balneum romano.
Imagen sacada de C. Carreño. pág. 344.


Dentro de las termas privadas de Lugo podemos hallar las de Santo Domingo y las instalaciones termales de la calle de los Clérigos. Ambas termas estaban compuestas de opus signinum y se conserva el praefrunium de las dos instalaciones. Hay que recordar que las termas estaban compuestas por una serie de habitaciones entre las que destacaban el frigidarium o sala fría, el tepidarium o sala templada y el caldarium que era la sala más caliente de la instalación.

No solo había termas privadas en Lugo, sino también termas públicas, a las que podía ir todo el que quisiera sin necesidad de tener unas en su casa. Eso sí, había que andar un rato. Las termas públicas no estaban en el centro de la ciudad, sino a 800 metros del centro y a orillas del Miño. Tan solo se conservan dos salas, una que se ha identificado con el apoyterium y otra que no se ha podido identificar.  
Imagen sacada de C. Carreño. pág. 346.

Bibliografía

LÓPEZ DE REGO URIARTE, José Ignacio, La muralla romana de Lugo: sistema constructivo, en "Boletín do Museo Provincial de Lugo", 12, (Lugo, 2005), págs. 71-108.

CARREÑO, C, Baños privados y termas públicas en el Lugo romano, en "Espacio tiempo y forma. Serie II, Historia Antigua, 5, (s.l., 1995), págs. 337-350.

Por: Álvaro Rodríguez

Asturica Augusta (Astorga)


Esta vez nos trasladamos hacia la ciudad de Astorga, que en época romana fue uno de los mayores centros romanos en el noroeste peninsular. Una ciudad muy próxima a las minas de oro de Las Médulas y que por lo tanto sirvió de centro comercial y aurífero al Imperio. Una ciudad bañada en oro.
La ciudad se remonta a época prerromana, pues Ptolomeo se refirió a ella como ciudad de astures y capital de los amacos. Sin embargo, no hay pruebas arqueológicas fehacientes de que Astorga estuviera poblada en los momentos previos a la llegada de Roma.

Imagen sacada del artículo de Cuervo Álvarez. pág. 73

Por el contrario, Astorga se asemeja a las demás poblaciones fortificadas de la región, cuyo origen prerromano es bien conocido, estando situada sobre un pequeño promontorio de 890 m. de altura, dominando el paso de Galicia, con lo que su posición resulta segura y estratégica.

El origen de Astorga es el campamento militar romano de la Legio X Gemina (finales del siglo I d.C.), como lo constatan las cinco inscripciones de esta legión en la ciudad que se encargó de la incorporación al Imperio romano del territorio Astur que acabaría transformándose en un importante núcleo civil. Hacia el año 19 a.C. se asentará una parte de la citada legión sobre el pequeño cerro en el que hoy se encuentra el centro de la ciudad.
Imagen sacada del artículo de Cuervo Álvarez. pág. 77


El campamento daría paso a una fundación civil en torno a finales del reinado de Tiberio o comienzos del reinado de Claudio. Existió una primera construcción de dos fosos como sistema defensivo que todavía hoy se conservan, pero desde que la población se convierte en ciudad romana, se levanta una primera muralla. El interior de la urbs Asturica Augusta albergaba un área que debía cumplir las funciones de Foro. Presenta exedras semicirculares y cuadradas, algunas en posición axial. En su lado occidental se abre un espacio pavimentado de opus sectile, que presenta una entrada in antis. Construido en opus caementicium, por medio de un encofrado de madera, su construcción motivó la elevación de toda el área en la que se enclava.

En el interior de Asturica Augusta se encontraban las denominadas Termas Mayores y Termas Menores. Las primeras se hallan en el centro de la ciudad. Se construyeron a mediados del s. I d. C y se cree su se prolongó hasta mediados del siglo III.

La ciudad también estaba dotada de dos sistemas de alcantarillado, uno data de la época de la dinastía Julio-Claudia y el segundo de época Flavia.

Una de las principales razones por las que se explica la importancia de Asturica Augusta es por su vital posición en el comercio de Hispania. Esta ciudad comunicaba a través de las vías por la costa, de manera que era un punto clave en el comercio. Además, Asturica era el principal centro minero del noroeste de Hispania, desde el cual se controlaban todas las explotaciones de la zona y cuya importancia aurífera era de gran necesidad para el Imperio Romano.

De esta manera se puede concluir que la importancia de Asturica Augusta como ciudad del Norte de Hispania era sin lugar a dudas la de un centro económico, comercial y militar para Roma. Un lugar que pasó a ser capital del conventus que lleva su nombre y cuya importancia para el Imperio no cesó hasta la crisis del Bajo Imperio Romano ya en el siglo III.



Bibliografía

CUERVO ÁLVAREZ, Benedicto, La urbs Asturica Augusta, en “Historia Digital”, 14, (s.l., 2014), págs. 72-110.
BURÓN ÁLVAREZ, Milagros y GARCÍA MARCOS, Victorino, en "Termas romanas en el occidente del Imperio: II Coloquio Internacional de Arqueología en Gijón, (Gijón, 1999), págs. 207-214.
VIDAL ENCINAS, Julio Manuel, en "Actas de los XII Cursos Monográficos sobre el Patrimonio Histórico", Reinosa, 2001, págs. 357-380.

Por: Álvaro Rodríguez

Vildé (Soria)


Volvemos en esta nueva entrada con un hallazgo único en la Meseta Norte de época romana. Esta vez nos vamos a Soria a estudiar un monumento funerario y una villa cercana a este. El pueblo de Vildé puede ser una buena alternativa para hacer turismo un fin de semana, eso sí, hay que intentar no ir en invierno para evitar congelarnos.
El pueblecito de Vildé está situado a tan solo 17 kilómetros de Burgo de Osma. Es conocido principalmente por tener el único monumento funerario turriforme del norte de la Península a excepción de Cataluña.

Este edifico de planta rectangular tiene unas dimensiones de 5,30 por 6 metros hacia el exterior. Consta de dos plantas y está compuesto de hormigón, es decir, de opus caementicium rellenado con trozos de cerámica. El monumento se encuentra parcialmente deteriorado puesto que nunca ha sufrido una restauración, y el tiempo y los estragos de la naturaleza han hecho mella en él.

El monumento funerario que data de época romana se sitúa entre los siglos I y IV d.C., esta oscilación de tiempo es muy grande, pero el problema es que los elementos que encontraron en superficie van desde una moneda de época tiberina hasta restos de terra sigillata hispánica tardía. Sin embargo, según las técnicas constructivas, el edificio estaría encuadrado en algún momento a finales del siglo II y principios del III d.C.
Imagen sacada del artículo de García Merino citado en la bibliografía, pág. 55


No obstante, a pesar de ser el monumento funerario el principal reclamo arqueológico del pueblo, a su alrededor también hay diversos yacimientos arqueológicos de suma importancia: una necrópolis posthallsttática; y un establecimiento hispanorromano en Traslashuertas.
Imagen sacada del artículo de García Merino citado en la bibliografía, pág. 42.


El yacimiento de Traslashuertas se trata de un establecimiento de tipo rural, al parecer una villa. En el lugar donde antaño estuvo encuadrada la villa encontramos una gran abundancia de restos materiales tales como, terra sigillata de su variedad hispánica, objetos de bronce y hierro, sillares, mármoles, etc. Toda el área se encuentra removida por las labores agrícolas que se han ido llevando a cabo, lo que ha provocado una mezcla total de gran parte de los restos que allí se han encontrado.

A su vez, también se encontraron restos de lo que parece ser un hypocaustum, de manera que esto nos podría indicar la existencia de una terma dentro de la villa.


Bibliografía

GARCÍA MERINO, Carmen, Un sepulcro romano turriforme en la Meseta Norte. El yacimiento arqueológico de Vildé (Soria), en “Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología”, 43, (s.l., 1977), págs. 41-60.

Por: Álvaro Rodríguez

Bilbilis

                               Bílbilis
            
En esta nueva parada en el conventus cesaraugustanus, veremos la antigua ciudad romana de Bilbilis, al menos lo que queda de sus restos, estamos hablando de la principal ciudad del propio conventus, solo superada por Caesaraugusta, y asentada sobre un emplazamiento estratégico de primer orden, como luego se verá. Ocupando la superficie nada despreciable de 30 hectáreas.
Aunque tradicionalmente se la ha asociado al actual municipio de Calatayud, lo cierto es que, en verdad, aunque está situado en sus proximidades, pertenece al de Huérmeda, situado como es lógico en la provincia de Zaragoza. Su importancia estratégica viene de la mano de su posición en el espacio. Si se coge un mapa se verá como era ruta de paso obligada en las calzadas que pretendían abandonar la meseta e introducirse en el valle del Ebro, a través del sistema ibérico por la cual transcurría el río Jalón, principalmente aquella calzada romana que unía Complutum con Caesaraugusta, lo cual qué duda cabe, contribuyó a su consolidación como ciudad de primer orden.
A nivel económico, más allá de su pujanza comercial, lo cierto es que se asienta sobre una de las comarcas más fértiles de Aragón, pues al contrario que la zona más alejada del valle del Ebro, aquí los terrenos y la climatología eran aptos para el cultivo de cereales y de otras especies como manzanas, así como el vino.
A nivel histórico, aunque se desarrollará más adelante, cabe mencionar que, de manera previa a la llegada de los romanos, existía un oppidum celtibérico (los restos de esta antigua ciudad se han documentado bajo el foro romano), el cual con motivo de la conquista fue arrasado y sobre él, terminaría construyéndose la nueva ciudad, la cual antes de época imperial había desempeñado un gran papel en las guerras sertorianas que enfrentaron a Sertorio con Pompeyo. Una ciudad que no fue digna de tal nombre hasta que el emperador Augusto, como hizo con muchos otros yacimientos, fueron promocionados a la categoría de ciudad. Una urbs que vería como se la dotaba de los edificios que hacen grande entre los siglos I-II d.C, aunque la mayor contribución vendría de la mano tanto de Augusto como de Tiberio, probablemente esta teoría es sostenida por los arqueólogos porque han sido en época de estos emperadores las monedas que se han encontrado en las sucesivas excavaciones que se han realizado. Si el siglo IV es la época dorada de las villae, lo fue en detrimento del mundo urbano que comenzó a perder importancia en su favor. Esto fue lo que sucedió con Caesaraugusta, que a partir del siglo citado comenzó a perder importancia hasta que durante los siglos V-VI, fue abandonada y quedó subsumida en la historia. Las primeras investigaciones tuvieron lugar por Carlos Ram de Riu en torno a 1900, en 1933 excavó en Bilbilis Schulten y en los años setenta del siglo pasado lo haría Manuel Martín-Bueno, momento a partir del cual se dio a conocer gran parte de lo que se conoce actualmente.

Plano Bilbilis. García Villalba, Claudia y Sáenz Preciado, Jesús Carlos. 2015, 222.
Como es lógico, no podría comenzarse a desarrollar los principales edificios, sin antes hablar acerca de que elementos condicionaron su edificación, uno de ellos, quizás el más importante, es el relieve. Un relieve que per se proporcionaba a Bilbilis la cualidad de convertirse en un baluarte defensivo prácticamente inmejorable. Pero que, como contrapartida, obligaba a adaptarse a sus desniveles, ello fue una de las razones por las que se pusieron en marcha las llamadas técnicas de aterrazamiento (construir la ciudad a distintos niveles, allanando cada uno de ellos y asegurando firmemente las construcciones a la tierra), estos niveles eran el inferior donde estaban las termas, el medio donde se encontraban las viviendas y el teatro y el más elevado el del foro culminado por templo de culto. 
Como toda ciudad que se precie, debía tener un foro. Así fue, como ya sabréis, se situaba prácticamente en la confluencia del cardus y el decumanus. Aquí tenían lugar actividades sociales de índole política, religiosa o económica, además de social, porque no hay que olvidar que era en el foro donde los individuos más preponderantes socialmente contaban con una escultura propia símbolo de estatus. Aunque se construyó a caballo entre los reinados de Agusto y Tiberio, parece que Trajano en el siglo siguiente dejó su huella. Dentro de esta parte de la ciudad se encontraban la basílica donde se impartía justicia, la curia, donde los curiales deliberaban sobre todo asunto que incumbiese a la ciudad y el templo, en el cual se rendía culto a la tríada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva), así como al emperador. Al ser un espacio porticado el foro, en ocasiones se daba la situación de que en los soportales se aprovechaban para poner a la venta objetos de prestigio (tabernae), mientras que aquellos productos de primera necesidad se adquirían en el conocido como mercatum.

Una vez expuesto el foro, es hora de adentrarse en el conocimiento del teatro, éste se encontraba extramuros como es común que sucediera en muchas ciudades romanas, debido fundamentalmente a razones de espacio, se encontraba el teatro, en este caso se aprovechó el relieve del terreno para enclavar en la roca el graderío o cavea (inma, media y summa según la altitud a la que se encontraran las gradas). El diámetro de dicho graderío llegó a alcanzar 78 metros. Su capacidad tampoco era nada desdeñable, ya que se ha estimado que dicho teatro pudiera albergar a 4.500 personas. El drenaje del teatro era posible gracias a una cloaca que transcurría bajo el mismo y la cual estaba recubierta por hormigón hidraúlico al tener este material la cualidad de ser impermeable. El escenario al que dirigían sus miradas los espectadores, tenía dos partes: la orchestra y el frons scenae, situadas ambas en una posición enfrentada al graderío para que pudiera verse la obra. El sacellum o recinto sagrado se situaba en la summa cavea. Desgraciadamente no se encuentra en un estado de conservación mucho mejor, debido a que a lo largo del tiempo el yacimiento de Bilbilis ha sido utilizado como una cantera para proveerse de materiales para futuras construcciones. En términos generales, parece que el teatro fue construido a caballo entre época flavia y antonina (mediados siglo I y siglo II).
Las termas que se encuentras en el nivel inferior de la ciudad fueron construidas casi con total seguridad a principios del siglo I d.C, ya que para cuando concluyó el siguiente siglo, las mismas ya estaban prácticamente en desuso. Contaba con las estancias características de una terma (baño público las balnea eran privadas); frigidarium (baño frío), tepidarium (sala templada), caldarium (baño caliente). Evidentemente el agua de estas estancias era llevada a unas cisternas que proporcionaban el agua necesaria.
También se han documentado en la ciudad ejemplos de viviendas, de cierto poder adquisitivo, que nos permite hacernos una idea acerca del modo de vida de los lugareños.  Ejemplo característico es la conocida como Domus I, la cual fue construida según parece coincidiendo con el inicio de la época imperial (finales del siglo I a.C), se encuentra situada de manera contigua a las termas. Desde la calle se podía tanto acceder a la vivienda como comprar productos en las tabernae que se encontraban incrustadas en el edificio, esto es algo que se ha visto también en otros yacimientos. La estructura de la vivienda era muy sencilla, no hay imaginarse algo similar a las grandes villae, que habréis podido leer en el blog, se organizaba en torno a un atrio tetrástilo (cuatro columnas), alrededor del cual se distribuían las estancas de la domus: los cubiculae  (dormitorios), balneum (baños privados, contaban con praefurnium-horno- e hypocaustum-sistema de calefacción-), tablinium (despacho o área de trabajo del pater familiae), triclinium o lugar de celebración de banquetes, y la cella ostiaria, algo denota un gran poder adquisitivo pues albergaba al guardián una especie de mayordomo que anunciaba al señor las visitas o velaba por la no profanación del carácter privado del hogar. Los materiales utilizados eran bastante sencillos, siendo hegemónicos en el patio el empleo de yeso, salvo en los capiteles que se hacían en piedra tallada.

                      Domus I. Uribe Aguado, Paula. 2004, 209.
Bibliografía
García Villalba, Claudia y Sáenz Preciado, Jesús Carlos. 2015: “Municipium augusta bilbilis ¿Paradigma de la crisis de la ciudad julio-claudia? En Brassous Lourent y Quevedo Sánchez, Alejandro (coords.) Urbanisme civique en temps de crisis: les espaces publics d´Hispania et l´Occident romain entre les IIe et le 4e, 221-236.
Márquez, Carlos y Ventura, A. 2006: Jornadas sobre teatros romanos en Hispania. Córdoba 2002, Córdoba.
Martín-Bueno, Manuel y Sáenz Preciado, Carlos. 2004 (marzo) : “Bilbilis. La ciudad de Marcial”, Kausis, 44-47.
Uribe Agudo, Paula. 2004: “Arquitectura doméstica en Bilbilis: la domus I”, Saldvie 4, 191-220.



Bilbilis

Autor: Sara Varela Ruano

Segobriga


                               Segobriga

       
Segobriga
Probablemente, si hay un yacimiento del que todos hayamos oído hablar alguna vez, ese es Segobriga probablemente. Junto con Carthago Nova o Tarraco, estamos ante uno de los restos de antiguas ciudades romanas mejor conservados, y por ello, más fácil de divulgar y dar a conocer al conjunto de la sociedad. Así que ya sabéis, si os gusta la arqueología romana y os interesaría conocer como era un municipium de Hispania, no dejéis escapar la oportunidad de ir, ya que solo dista de una hora de Madrid.
A nivel geográfico el yacimiento se encuentra situado sobre un cerro de unos 857 metros de altitud a cuyos pies discurre plácidamente el río Cigüela (afluente del Guadiana), que si bien, no es demasiado caudaloso, sí que es cierto que ejerció tradicionalmente un papel defensivo en el sentido de que suponía una suerte de foso para los invasores. Para conocer el yacimiento (ocupa una superficie de 10,5 hectáreas) y disfrutar de su museo, hemos de desplazarnos a la provincia de Cuenca, concretamente al municipio de Saelices.  
En un plano histórico, aunque esta entrada vaya a versar sobre las construcciones de época altoimperial, no podría olvidarse hacer mención a que no fue una ciudad construida ex novo, todo lo contrario, ya que como por ejemplo el yacimiento de Veleia en Álava, estaba habitado por pueblos prerromanos desde el milenio I a.C, si bien es cierto que en el caso de la primera los habitantes eran celtíberos a juzgar por su propio nombre. No sería hasta época de Augusto cuando se emprendiera la construcción de las edificaciones más conocidas de la ciudad, la cual alcanzó su época de mayor importancia entre los siglos I-III d.C, momento en el que estaba comunicada por la red viaria, con Carthago, Valeria y Complutum (Alcalá de Henares) aunque siguió teniendo cierta relevancia a nivel regional hasta la conquista de los musulmanes a comienzos del siglo VIII.
Su importancia ya era conocida desde el siglo XVI, cuando se identificaron los restos que tímidamente sobresalían con los de la propia ciudad, pero no sería cuando el Plan Nacional de Excavaciones de 1953 puso en marcha un proceso de prospección y de sacar a la luz aquellos restos que entonces no se conocían, hasta dar el aspecto que a día de hoy tiene el yacimiento (las excavaciones concluyeron en 2013), como no podía ser menos, en los años setenta se inauguró ya el museo, con la finalidad de divulgar lo conocido sobre el mismo, aunque ha sido perfeccionado a lo largo del tiempo.
Para vencer los problemas generados por la pendiente del terreno, los romanos en la construcción de los principales edificios: teatro, anfiteatro, termas, foro, se vieron obligados a realizar técnicas de aterrazamiento que consiguieran salvar el problema del desnivel. No olvidéis que todas ellas fueron construidas a partir del siglo I a.C, una vez que Augusto la promocionó a la categoría de ciudad (municipium), y sobre todo durante el primer siglo después de Cristo. Como no podía ser menos, una ciudad que se preciara debía de tener muralla (era el elemento característico del mundo urbano) y en el caso de Segobriga alcanzó un perímetro que excedía el kilómetro.  
Una vez dicho esto ya es hora de relatar brevemente el análisis urbano de la propia ciudad. Para empezar lo más importante es que el kardo travesaba la ciudad en sentido norte-sur (bajo el cual transcurría la cloaca maxima de la ciudad) mientras que el decumanus lo hacía este-oeste, de tal manera, que en el punto donde ambos coincidían o en las proximidades se situaba el foro, punto comercial por excelencia y construido en las postrimerías del siglo I a.C (ca.15 a.C) en época augustea. Se sabe que el foro consistía en un espacio abierto (más de 1.200 m2 de superficie), porticado y con cuatro entradas, una en cada uno de los puntos cardinales. El foro era el centro de la vida social de la ciudad, en la cual numerosos potentados locales, pugnaban porque la ciudad les erigiera una estatua en este espacio, lo cual era signo de prestigio, de hecho el propio emperador Augusto tenía una que presidía el pórtico sur del foro. En su flanco oriental se elevaba la basílica, la cual fue construida probablemente al mismo tiempo que el propio foro y era el lugar en el que los magistrados de la ciudad impartían justicia, pero también se realizaban, numerosas transacciones comerciales. Al otro lado del foro, se encontraba el templo de culto a los emperadores, construido en época flavia (finales del siglo I) y en el cual se rendía culto al emperador pues era algo obligatorio, era una liturgia que comenzó ya con el propio Augusto.
Una vez abandonamos la basílica, tenemos que ascender a un nivel superior en la ciudad para acceder entre otras estancias las termas, las cuales fueron construidas en la misma época que el templo de culto al emperador anteriormente referido, ocupa una superficie de casi 3.600 m2, y coronan el cerro de Cabeza del Griego. Como ya habréis intuido al leer sobre las termas de otras ciudades, eran un punto de vida social,  cuando se accedía a ellas se pasaba al apodyterium o vestuario, luego a la palestra donde se preparaban para el baño o descansaban, más tarde comenzaban por el frigidarium o baño frío, tepidarium o sala templada, para terminar en el caldarium que era el baño caliente, para terminar en una sauna (laconium).  Estuvieron en uso hasta su abandono en el siglo III.
En la parte septentrional de la muralla, se encontraban los lugares destinados a albergar los distintos espectáculos de los que disfrutaban los habitantes de la ciudad: teatro (construido en época de Tito y Vespasiano, es uno de los mejor conservados de Hispania y en él se celebraban no solo representaciones teatrales, sino que en muchas ocasiones la procesión imperial terminaba en él y en el escenario había un altar con la final de rendir culto al emperador), anfiteatro (1.100 m2 y con capacidad para 5.500 espectadores, en el cual se celbraban juegos galdiatorios y venationes) y el circo (con capacidad para 10.000 espectadores, la pista tenía una superficie de 400 metros de largo por 74 de ancho, fue construido a finales del siglo II). Los dos primeros curiosamente se hicieron aprovechando el desnivel del terreno, directamente excavados en la roca, especialmente en el sector en el cual se sentarían los espectadores, conocido como cávea, la zona en donde se sentaban podía llamarse en función de su proximidad a la piso como ima cavea, media cavea y sumum cavea. Con ocasión de la crisis, el teatro y el anfiteateatro terminaron siendo utilizados para labores agrícolas. Pese al ello en época visigoda se construyeron una basílica y casas adyacentes de manera más dispersa.  

Foro romano. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/64/Segobriga_Foro.JPG
Anfiteatro. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/e/ef/Saelices_-_Segobriga_3.jpg/1280px-Saelices_-_Segobriga_3.jpg
File:Teatro romano Segobriga.jpg
Teatro de Segobriga.  https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Teatro_romano_Segobriga.jpg. 

Bibliografía
Abascal Palazón, Juan Miguel. 2007: Segóbriga : guía del parque arqueológico, Toledo.
Cebrián, Rosario. 2014: Segóbriga: municipio romano, Cuenca.


Segobriga
Vicente Castro Martínez.

Los Villares (Quintana del Marco)


Bienvenidos seáis todos nuestros visitantes. Continuamos en tierras leonesas, esta vez con una de las villas más importantes de la región, la de Los Villares. Enmarcada en las cercanías de Quintana del Marco, valga la redundancia, esta villa es uno de los mejores ejemplos de lujo romano de la zona. Sin más dilación vamos al apartado teórico y a ver qué os parece esta maravillosa villae.

Este yacimiento, excavado desde 1898 es uno de los más significativos de León desde el punto de vista artístico. Estamos ante una de las colecciones de mosaicos más impresionantes de toda la fachada norte peninsular.

A pesar de que el yacimiento se encontró muy deteriorado por los expolios y las labores agrícolas de la zona se pudieron rescatar varios mosaicos. Uno de estos es el llamado mosaico de “Hilas y las Ninfas”. Este mosaico es el más famoso de la provincia de León, conservado en el Museo Arqueológico homónimo.

Se trata de una escena mitológica harta conocida en la antigüedad que habla sobre el rapto de Hilas por parte de las ninfas. En el relato se habla de lo siguiente:

“Hilas, escudero y amante de Hércules, era un joven de gran belleza. Durante la expedición de los Argonautas, en una escala en Misia, Hilas recibió el encargo de ir a por agua a un lago, donde habitaban las ninfas. Cuando estas lo vieron llegar quedaron prendadas de su belleza lo raptaron y le confirieron la inmortalidad. Hércules, desolado, lo buscó en vano mientras que los argonautas los abandonaban a ambos y seguían con su expedición”. En el mosaico leonés se representa el momento exacto en el que las Ninfas agarran a Hilas y lo arrastran con ellas hacia las aguas del lago.


El asentamiento estaba muy próximo a las ciudades de Clunia y de Uxama, de manera que se piensa que pudo haber relación a través de vías secudnarias. No muy alejada está la Vía Nova, que une la ciudad de Asturica Augusta con Bracara Augusta. La ocupación romana se remonta al siglo I d.C, en plena época altoimperial, pero los mosaicos tan ricos que tiene la villa son de época bajoimperial, es decir, del siglo III d.C.

La villa conoció su final en el siglo V d.C., con la llegada de las invasiones bárbaras a la península ibérica y dejó de estar habitada hasta que se encontraron los restos a fines del siglo XIX.

Bibliografía
Ruegueras Grande, F. (1999), Algo más sobre los mosaicos leoneses, en “Brigecio: revista de estudios de Benavente y sus tierras”, Nº9, págs. 57-72.
Gutiérrez Pérez, J, Villalobos García, R y Odriozola Lloret, C. (2014), Teselas de color verde de los mosaicos de Aquiles en Skyros (La Olmeda, Pedrosa de la Vega, Palencia), Océano y Las Nereidas (Villa Possidica, Dueñas, Palencia) e Hilas y las Musas (Los Villares, Quintana del Marco, León), en “Investigaciones Arqueológicas en el Valle del Duero: Del Paleolítico a la Antigüedad Tardía”, Glyphos Publicaciones, págs 369-385.

Por: Álvaro Rodríguez

Iruña-Veleia

                                 Iruña


¡Hola de nuevo! En esta entrada ponemos rumbo al norte de España, dejamos tierras cálidas del sur o meseteñas, y nos marchamos a lo que hoy se conoce como País Vasco, concretamente a la provincia de Álava y aún más concretamente al municipio de Iruña de Oca-Langraiz Oka en vascuence-(oficialmente entre Villodas y Trasponte), probablemente la que recibió la romanización en un grado mayor que sus vecinas Vizcaya y Guipúzcoa. Lo curioso que vamos a ver en este yacimiento es la yuxtaposición y en parte la continuidad que se establece en la zona entre la época prerromana (primer milenio antes de Cristo) y las épocas altoimperial y bajoimperial, las cuales vienen marcadas por un hito que revelaba el cambio de la situación que desde hacía dos siglos se vivía en estas tierras; la construcción de murallas a caballo entre los siglos III y IV (coincidiendo con la recuperación imperial de comienzos de la época tetrárquica). Estamos ante un yacimiento que los vascos llevan a gala como uno de los más importantes de su tierra. Esta importancia derive probablemente a día de hoy por hallarse a 10 kilómetros de la capital autonómica, Vitoria y en época imperial por su proximidad a la vía romana (iter XXXIV) que unía asturica augusta (Astorga) y la actual Burdeos, algo que sin lugar a dudas propició su importancia pasada. Algo que es necesario aclarar es que los materiales encontrados en las sucesivas campañas que han tenido lugar no se encuentran en el propio yacimiento, ya que no está museizado como si lo están los de Las Musas o Almenara de Adaja por ejemplo, sino que han sido trasladados al Museo Bibat (arqueológico) en la ciudad de Vitoria.
Una vez terminadas las guerras contra los vascones en época de Augusto y sobre todo en época Flavia, tuvo lugar el surgimiento de lo que probablemente fue la ciudad de Veleia, la cual hasta el siglo III, disfrutó de su etapa de mayor esplendor, dotada de no pocas viviendas lujosas y de un número importante de edificios públicos, desgraciadamente apenas se conserva nada de aquello en nuestros días salvo muros y fragmentos de la muralla, la cual se construyó en el siglo siguiente. Es probable que la ciudad de Veleia fuese la más importante de entre todas las fundadas por los romanos en el norte de España. Además, el hecho de que estuviese construido en un oppidum, le confería una visita del entorno, y los visitantes que decidan ir a conocer el yacimiento tendrán una panorámica perfecta de la Llanada Alavesa, la cual ha sido y es una zona muy apta para el cultivo del cereal, de lo que nos deja pruebas el hallazgo de utensilios agrícolas.
A pesar, de que se tuviera constancia desde el siglo XVI, de la historia del yacimiento, lo cierto es que las primeras excavaciones tuvieron lugar en 1866 y 1900. En estas se hallaron tanto objetos de adorno (joyería), como otros útiles de labranza, llaves romanas, cuchillos destinados al sacrificio, y, sobre todo, en la segunda de ellas un pavimento marmóreo que se asoció a las termas de la ciudad. A partir de los años sesenta del siglo pasado, las campañas arqueológicas que se sucedieron, arrojaron gran luz sobre lo que pudo ser el yacimiento.  Para empezar las murallas que a juzgar por los contornos que presentan los restos, es claramente delimitable. Tradicionalmente se le han dado unas dimensiones bastante considerables, 10 metros de alto y entre cuatro y cinco metros y medio de grosor.
También han sido hallados restos del impluvium (una especie de punto donde se almacenaba el agua para garantizar el suministro de la domus, que era la vivienda de los patricios por decirlo de alguna manera, su función es similar a la que han tenido hasta hace bien poco los pozos), así como algo que se ha venido a llamar el castellum acquae la razón que dan al respecto es que su estructura es muy similar a la de su homólogo en el campamento de la Legio VII Gemina en León, es decir la cisterna en la cual se decantaba el agua que se traía a la ciudad del río Zadorra para eliminar impurezas y a partir del cual se abastecía a la ciudad. Al contrario que sucede con las villae, la época bajoimperial, es un momento de decadencia para el mundo urbano que poco a poco comienza a perder población por diversas razones en favor del mundo rural, que ve en esta época su momento de esplendor, lo cual se reflejará en el lujo de las villae a partir del siglo IV. De hecho, aunque a día de hoy en el entorno no se observen evidencias, muchos arqueólogos piensan que es probable que la población se extendiera más allá de las zonas elevadas hacia la zona baja donde se encuentra el teatro, al haberse encontrado allí restos, sin embargo, debido a las invasiones germanas de los siglos IV-V apenas se han encontrado restos de ésta última época.
Una vez hablado de manera más o menos clara de aquello que trascendía intramuros, solo queda hacerlo de aquellas estructuras que se situaban extramuros (más allá de la muralla), sobre todo del ya mencionado teatro, construido en época altoimperial y que mientras por un lado se aprovechaba el sector oriental de la muralla en su construcción, por otro lado mediante la construcción de un eje de contención, se dio forma al graderío en donde, los asistentes disfrutaban de las obras teatrales que entonces se representaban. Se han dado para el escenario o pulpitum unas dimensiones de 18 metros de anchura y 72 metros de longitud. También se especula que en la prolongación de este muro de contención pudieran encontrarse las termas a juzgar por los elementos que allí se han encontrado.

Topografía del terreno. Nieva Filloy, Idoia, Zubilaga Gil, Eliseo, et alii. 1991, 244.

Teatro. Ibídem, 257.

Contrafuertes de la muralla. Ibídem, 261.


















Bibliografía   

Gil Zubilaga, Eliseo. 1997: “El poblamiento en el territorio alavés en época romana” Isturitz: Cuadernos de prehistoria-arqueología 8, 23-52.   
Nieva Filloy, Idoia, Zubilaga Gil, Eliseo, et alii. 1991: “Algunas precisiones en torno a la ciudad romana de Iruña”, Cuadernos de Sección Prehistoria-Arqueología 4, 239-263.
http://www.araba.eus/cs/Satellite?
c=Page&cid=1223993929885&pagename=DiputacionAlava%2FPage%2FDPA_contenidoFinal



Iruña-Veleia
Vicente Castro Martínez.