Las termas romanas de Sant Boi (Barcelona)



Vamos a hablar de unas de las termas romanas mejor conservadas de Cataluña, las de Sant Boi de Llobregat, o San Baudelio si se prefiere, este municipio de la actual provincia de Barcelona se asentaba en un lugar estratégico en la desembocadura del río Llobregat en época imperial. Si bien estaba habitado por iberos en el siglo IV a. C. este asentamiento empieza a cobrar importancia por el comercio en época de Augusto, vendiéndose el vino aquí producido en la Galia e Italia. A mediados del siglo I de nuestra era se construyen las primeras termas, sin embargo, las termas que nos llegan hoy tendría su última gran remodelación entorno a finales del siglo II.

Las termas en la sociedad romanas cumplían un papel tanto higiénico como social, la gente no solo había de asearse, cosa que aún hacemos hoy en día a los dioses gracias, sino que además cumplían con una función social, se comentaban las noticias, se debatía y se creaban lazos de amistad y clientelismo fundamentales para entender la sociedad romana. A partir el Alto Imperio las villas empezaron a tener termas privadas, no solo para higiene, sino que eran también un elemento de prestigio como hoy en día puede ser un coche.

A las termas se accede por un apodetaryum o vestuario, se cambian las vestiduras por toallas y los zapatos por sandalias de madera. Tras ello se pasaba al tepidarium, donde un calor envolvía a los visitantes que muchas veces se untaban con perfumes. Tras ello pasaban al sudatorium, donde, cual sauna escandinava, los bañistas sudaban en un ambiente de calor y humedad, el calor proviene de un horno que, bajo las termas, transmitía el calor a través de pilares de ladrillo o pilae, y muchas veces también a través de las paredes, con conductos que comunicaban con el horno. Seguidamente está el caldorium, donde habría temperaturas y humedad muy altas, ahí podrían bañarse en una piscina de agua caliente y habituaba a haber una pila de agua fría. Finalmente se pasaba al frigidarium, una sala con una piscina de agua fría donde podrían cerrar los poros. Un verdadero spa a la antigua. En las termas públicas se dividía el espacio entre hombres y mujeres.

Así pues, las termas de Sant Boi seguían este esquema general entre caliente y frio, y es más que probable que se usaran aún en época visigótica, abandonándose posteriormente. A finales de los años 50 del siglo XX se redescubren estas termas, llamando la atención particularmente por su decoración y sus mosaicos. Otra particularidad es el gran tamaño del frigidarium y su piscina. En este caso se trataba de unas termas privadas, solo accederían los miembros de la familia y los esclavos se encargarían de su mantenimiento y funcionamiento, recogerían las ropas o pondrían leña al fuego entre otras funciones.



Bibliografía:

PUIG I VERDAGUER F. (1987) Les termes romanes de Sant Boi de Llobregat, Fonaments, Vol. 6, Curial, Barcelona, ISSN 0210-2366

Por: Rafael Guerrero.

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