Balazote

                             Balazote

El yacimiento en este caso a analizar es el de Balazote, como se le conoce popularmente, o el de El Camino Viejo de las Sepulturas, como es conocido en el mundo académico. Su situación en el plano es bastante complicada de establecer, pero parece ser que pertenece a la localidad del mismo nombre. Al sur de la ciudad de Albacete en dirección a la ciudad andaluza de Jaén. Este yacimiento no es el único que se encuentra en esta provincia manchega ya que convive con el de Libisosa, Casas de la Berruga, Los Villares y Santa Ana de Abajo entre otros.
Nuestro protagonista se encontraba en una situación estratégica privilegiada, ya que no obstante la celebérrima Via Augusta (I) que unía la ciudad de Gadir (Cádiz), con la propia ciudad de Roma. A juzgar por esto no es de extrañar que existiera en esta zona una gran cantidad de asentamientos como los enumerados previamente, así como diversas mansio, con la intención de proveer a los viajeros de alimento y descanso previo pago de dinero.
Como sucede en multitud de ocasiones, en estos asentamientos ya había pobladores antes de la llegada de los romanos, los cuales, en ocasiones, se establecían en el mismo lugar con los indígenas, creaban ciudades ex novo o se establecían en un lugar próximo constituyendo una dípolis. En este caso los más antiguos parece ser que están relacionados con pueblos de cultura íbera. Posteriormente a comienzos de Nuestra Era, se formó la villa primigenia, pero habría que esperar hasta época bajo imperial para que se conformara la que ha llegado hasta nosotros, en mejor o peor estado de conservación, concretamente finales del siglo III-comienzos del siglo IV. Se cree que pudo pertenecer a Caelius Procolus y que a juzgar por su tamaño disfrutaba de una posición económica bastante acomodada.
A la pregunta ¿Desde cuándo se conoce Balazote? La respuesta parece bastante sencilla, ya que las primeras excavaciones tuvieron lugar entre 1949 y 1953, no aparece en ningún lugar la posible explicación, aunque a juzgar por los ejemplos anteriores de otras villae, como habréis leído, no es descabellado pensar que viniera precedido su hallazgo por el azar motivado por labores agrícolas. En estas primeras excavaciones, los hallazgos fueron bastante modestos: un capitel tardío, ánforas, una mano perteneciente a una escultura posiblemente. No sería hasta los años 70 cuando el profesor S. de los Santos, sacó a la luz la mayor parte de su distribución, aunque al parecer sus fechas de ocupación aún a día de hoy no son demasiado seguras.
Como la mayor parte de las villae, se dividían en tres partes: pars agraria, pars urbana y pars fructuaria. Lo que ocurre es que de ésta última lo que se conoce es muy escaso, aunque de las restantes se dispone de un conocimiento más exhaustivo. Al estar en un entorno bastante seco, parece ser que únicamente se cultivaban cereales y las elevaciones colindantes eran empleadas como lugares de pasto para el ganado, ya que las hierbas que allí crecían eran propicias para ello, se cree que esta podía estar en torno a un kilómetro del área residencial del complejo que se describe en esta entrada. En cuanto a la pars urbana, tradicionalmente se han distinguido dos partes claramente delimitadas; la parte termal en el este y la parte donde se situaban las habitaciones, se comía o se disfrutaba de la vida en la parte occidental; quedando estas estancias distribuidas en torno a una suerte de peristilo o patio central.
Dicho esto, ya es hora de entrar en harina con la parte termal de El Balazote, constaba de las estancias habituales, que solemos encontrar en todas las villae en su mayoría en este caso de gran tamaño, ya que tienen una superficie de 430 m2, a saber: apodyterium (vestuario, decorado con mosaicos y pinturas murales), frigidarium (baño frío estancia número VII del plano inferior), caldarium (habitación calefactada de baño caliente número XI), sudatio (equivalente a las saunas actuales, no se están seguros los expertos al respecto, pero lo cierto es que la identifican con la estancia por la presencia de una decoración trilobulada, presente en muchas otras. Estancia X) y tepidarium (Sala adyacente a la sudatio. Estancia X ). No debemos olvidar el modo que tenían los romanos de allegar calor para hacer posible esos baños calientes o permitir que pudiera existir una sauna, se realizaba a través de un hypocaustum. Era una estancia por debajo de las anteriores en la cual a través de la combustión generada en un horno se expandía el calor por en torno a los pilares (pilae) que sostenían las estancias que lo requerían, así como sus paredes entre las cuales había una suerte de cámara de aire que permitía la difusión del aire caliente. Para evitar que aquello que costaba tanto producir se perdiera antes de lo deseado, las estancias solían tener techos en semicírculo de tal manera, que como sabéis el aire caliente ascendía, pero al llegar arriba volvía a descender, ahorrándose así en el gasto.
Otros elementos por los que la Villa del Camino Viejo de las Sepulturas, es también muy conocida son los mosaicos. En torno a 10 mosaicos están catalogados, de muy diversa decoración; el Mosaico de las Sandalias (en el frigidarium) tenía unas dimensiones de 4,55 m X 4,6 m, decorado con colores blanco, negro, rojo, amarillo y marrón; el Mosaico de la medusa con sus 5m X 4,46 m, emplea colores blanco, negro y rojo, se llama así por aparecer representada Medusa; el Mosaico Geométrico (estancia XXI) con 5,95 m X 3,05 m, emplea blanco, negro, amarillo y rojo y recibe este nombre por emplear todo tipo de figuras geométricas si bien es cierto, que son cuadriláteros; el Mosaico de Océano es más grande que los anteriores (5,98 X 6,61) y el más complejo, ya que emplea blanco, negro, rojo, amarillo y marrón en términos generales y en particular rosa asalmonado o azul. Se encuentra en la estancia XXII que veréis en el mapa al final. Muchos autores han querido ver en el recuerdo central algo semejante al que se encontró en Itálica; en la estancia de mayor tamaño (XXXII), se han encontrado varios mosaicos siendo bastante más pequeños que los anteriores, ya que apenas rebasan el metro y medio cada uno, lo cierto es que el Mosaico de cuadrados formando estrellas rebasa los cinco, dándole claro está un papel predominante en la estancia.
En el caso del trabajo del mármol, curiosamente esto es un fenómeno que ha sorprendido largamente a propios y a extraños, ya que en una época en la que se ambienta el relato, la época bajoimperial, la calidad de la producción artesanal había caído bastante. No obstante, a pesar de este contexto general, en esta villa, se ha hallado algo que la convierte en la excepción a la regla general: un magnífico labrado de estos materiales. Hasta tal punto que se emplean varios estilos constructivos con el mármol:
-      Cipollino: data de época clásica y era el empleado en las columnas para la construcción de templos, así como de algunos foros, por ejemplo, el de Trajano en Roma presenta un labrado en sus columnas de estas características. Principales focos constructivos eran Ostia (cerca de Roma) y el norte de África.
)    Giallo antico: su principal cantera estaba en lo que se conocía como Numidia (actual Túnez), y era empleada tanto para columnas como para columnas, esculturas, o en su vertiente más sólida para opus sectile (piezas más grandes que las teselas y de diversas formas que simulan la realización de un lienzo encajadas las piezas como si fuera la composición un puzle).   
)    Pavonazzetto/synnadico: utilizado principalmente en construcciones inferiores a las anteriores, a modo de placa de refuerzo, por ejemplo. Su origen se encuentra en la península de Anatolia y con la conquista romana fue llevada a Roma, en donde en época de Augusto se hizo una composición escultórica que fue colocada en el foro.
)    Greco scritto: el más tardío de todos, pues hasta el siglo II d.C no se comenzó a utilizar en el Imperio. Su finalidad estaba enfocada a la realización de capiteles o lastras, y parece que a diferencia de todas las anteriores era empleado más frecuentemente en el ámbito privado, que en construcciones imperiales.     
      
  
Planta de la villa, dibujo de T. Martínez Pérez. Sanz Gamo, Rubí. 1987, 43. Las estancias a partir del II al norte y al este pertenecen al balneum, el resto a la parte habitacional.   

Recinto termal, las P significan piscina. Imagen de García Entero. García Entero, Virginia. 1997, 332.

Imagen del tepidarium y caldarium, donde se ven los pilares anteriormente aludidos llamados pilae. Ibídem, 341.

Mosaico de las Sandalias. Foto de Martínez Pérez. Sanz Gamo, Rubí. 1987, 46.


Mosaico de Océano y los vientos. Océano aparece soplando en la parte inferior derecha. Imagen de T. Martínez Pérez. Ibídem, 52.



Bibliografía
García Entero, Virginia. 1997: “El conjunto termal de la llamada Villa del Camino viejo de las Sepulturas (Balazote, Albacete)” Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua 10, 327-350.
Muñoz Ojeda, Francisco Javier y Sarabia Bautista, Julia. 2004-2005: “Los mármoles de la Vega (Balazote, Albacete): tipos y morfología”, Lucentum XXIII-XXIV, 157-164.
Sanz Gamo, Rubí. 1987: “Mosaicos romanos del Camino Viejo de las Sepulturas (Balazote, Albacete)”, Al-Basit: Revista de estudios albacetenses 21, 43-64.
Sanz, Rubí y Gamo, Blanca. 2006: “La villa romana de Balazote (Albacete), reflexiones para una revisión”, Alexandra Chavarría, Javier Arce y Gian Pietro Brogiolo (eds.), Villas Tardoantiguas en el Mediterráneo Occidental, Madrid, 153-172.

Vicente Castro Martínez.
          

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