Balazote

                             Balazote

El yacimiento en este caso a analizar es el de Balazote, como se le conoce popularmente, o el de El Camino Viejo de las Sepulturas, como es conocido en el mundo académico. Su situación en el plano es bastante complicada de establecer, pero parece ser que pertenece a la localidad del mismo nombre. Al sur de la ciudad de Albacete en dirección a la ciudad andaluza de Jaén. Este yacimiento no es el único que se encuentra en esta provincia manchega ya que convive con el de Libisosa, Casas de la Berruga, Los Villares y Santa Ana de Abajo entre otros.
Nuestro protagonista se encontraba en una situación estratégica privilegiada, ya que no obstante la celebérrima Via Augusta (I) que unía la ciudad de Gadir (Cádiz), con la propia ciudad de Roma. A juzgar por esto no es de extrañar que existiera en esta zona una gran cantidad de asentamientos como los enumerados previamente, así como diversas mansio, con la intención de proveer a los viajeros de alimento y descanso previo pago de dinero.
Como sucede en multitud de ocasiones, en estos asentamientos ya había pobladores antes de la llegada de los romanos, los cuales, en ocasiones, se establecían en el mismo lugar con los indígenas, creaban ciudades ex novo o se establecían en un lugar próximo constituyendo una dípolis. En este caso los más antiguos parece ser que están relacionados con pueblos de cultura íbera. Posteriormente a comienzos de Nuestra Era, se formó la villa primigenia, pero habría que esperar hasta época bajo imperial para que se conformara la que ha llegado hasta nosotros, en mejor o peor estado de conservación, concretamente finales del siglo III-comienzos del siglo IV. Se cree que pudo pertenecer a Caelius Procolus y que a juzgar por su tamaño disfrutaba de una posición económica bastante acomodada.
A la pregunta ¿Desde cuándo se conoce Balazote? La respuesta parece bastante sencilla, ya que las primeras excavaciones tuvieron lugar entre 1949 y 1953, no aparece en ningún lugar la posible explicación, aunque a juzgar por los ejemplos anteriores de otras villae, como habréis leído, no es descabellado pensar que viniera precedido su hallazgo por el azar motivado por labores agrícolas. En estas primeras excavaciones, los hallazgos fueron bastante modestos: un capitel tardío, ánforas, una mano perteneciente a una escultura posiblemente. No sería hasta los años 70 cuando el profesor S. de los Santos, sacó a la luz la mayor parte de su distribución, aunque al parecer sus fechas de ocupación aún a día de hoy no son demasiado seguras.
Como la mayor parte de las villae, se dividían en tres partes: pars agraria, pars urbana y pars fructuaria. Lo que ocurre es que de ésta última lo que se conoce es muy escaso, aunque de las restantes se dispone de un conocimiento más exhaustivo. Al estar en un entorno bastante seco, parece ser que únicamente se cultivaban cereales y las elevaciones colindantes eran empleadas como lugares de pasto para el ganado, ya que las hierbas que allí crecían eran propicias para ello, se cree que esta podía estar en torno a un kilómetro del área residencial del complejo que se describe en esta entrada. En cuanto a la pars urbana, tradicionalmente se han distinguido dos partes claramente delimitadas; la parte termal en el este y la parte donde se situaban las habitaciones, se comía o se disfrutaba de la vida en la parte occidental; quedando estas estancias distribuidas en torno a una suerte de peristilo o patio central.
Dicho esto, ya es hora de entrar en harina con la parte termal de El Balazote, constaba de las estancias habituales, que solemos encontrar en todas las villae en su mayoría en este caso de gran tamaño, ya que tienen una superficie de 430 m2, a saber: apodyterium (vestuario, decorado con mosaicos y pinturas murales), frigidarium (baño frío estancia número VII del plano inferior), caldarium (habitación calefactada de baño caliente número XI), sudatio (equivalente a las saunas actuales, no se están seguros los expertos al respecto, pero lo cierto es que la identifican con la estancia por la presencia de una decoración trilobulada, presente en muchas otras. Estancia X) y tepidarium (Sala adyacente a la sudatio. Estancia X ). No debemos olvidar el modo que tenían los romanos de allegar calor para hacer posible esos baños calientes o permitir que pudiera existir una sauna, se realizaba a través de un hypocaustum. Era una estancia por debajo de las anteriores en la cual a través de la combustión generada en un horno se expandía el calor por en torno a los pilares (pilae) que sostenían las estancias que lo requerían, así como sus paredes entre las cuales había una suerte de cámara de aire que permitía la difusión del aire caliente. Para evitar que aquello que costaba tanto producir se perdiera antes de lo deseado, las estancias solían tener techos en semicírculo de tal manera, que como sabéis el aire caliente ascendía, pero al llegar arriba volvía a descender, ahorrándose así en el gasto.
Otros elementos por los que la Villa del Camino Viejo de las Sepulturas, es también muy conocida son los mosaicos. En torno a 10 mosaicos están catalogados, de muy diversa decoración; el Mosaico de las Sandalias (en el frigidarium) tenía unas dimensiones de 4,55 m X 4,6 m, decorado con colores blanco, negro, rojo, amarillo y marrón; el Mosaico de la medusa con sus 5m X 4,46 m, emplea colores blanco, negro y rojo, se llama así por aparecer representada Medusa; el Mosaico Geométrico (estancia XXI) con 5,95 m X 3,05 m, emplea blanco, negro, amarillo y rojo y recibe este nombre por emplear todo tipo de figuras geométricas si bien es cierto, que son cuadriláteros; el Mosaico de Océano es más grande que los anteriores (5,98 X 6,61) y el más complejo, ya que emplea blanco, negro, rojo, amarillo y marrón en términos generales y en particular rosa asalmonado o azul. Se encuentra en la estancia XXII que veréis en el mapa al final. Muchos autores han querido ver en el recuerdo central algo semejante al que se encontró en Itálica; en la estancia de mayor tamaño (XXXII), se han encontrado varios mosaicos siendo bastante más pequeños que los anteriores, ya que apenas rebasan el metro y medio cada uno, lo cierto es que el Mosaico de cuadrados formando estrellas rebasa los cinco, dándole claro está un papel predominante en la estancia.
En el caso del trabajo del mármol, curiosamente esto es un fenómeno que ha sorprendido largamente a propios y a extraños, ya que en una época en la que se ambienta el relato, la época bajoimperial, la calidad de la producción artesanal había caído bastante. No obstante, a pesar de este contexto general, en esta villa, se ha hallado algo que la convierte en la excepción a la regla general: un magnífico labrado de estos materiales. Hasta tal punto que se emplean varios estilos constructivos con el mármol:
-      Cipollino: data de época clásica y era el empleado en las columnas para la construcción de templos, así como de algunos foros, por ejemplo, el de Trajano en Roma presenta un labrado en sus columnas de estas características. Principales focos constructivos eran Ostia (cerca de Roma) y el norte de África.
)    Giallo antico: su principal cantera estaba en lo que se conocía como Numidia (actual Túnez), y era empleada tanto para columnas como para columnas, esculturas, o en su vertiente más sólida para opus sectile (piezas más grandes que las teselas y de diversas formas que simulan la realización de un lienzo encajadas las piezas como si fuera la composición un puzle).   
)    Pavonazzetto/synnadico: utilizado principalmente en construcciones inferiores a las anteriores, a modo de placa de refuerzo, por ejemplo. Su origen se encuentra en la península de Anatolia y con la conquista romana fue llevada a Roma, en donde en época de Augusto se hizo una composición escultórica que fue colocada en el foro.
)    Greco scritto: el más tardío de todos, pues hasta el siglo II d.C no se comenzó a utilizar en el Imperio. Su finalidad estaba enfocada a la realización de capiteles o lastras, y parece que a diferencia de todas las anteriores era empleado más frecuentemente en el ámbito privado, que en construcciones imperiales.     
      
  
Planta de la villa, dibujo de T. Martínez Pérez. Sanz Gamo, Rubí. 1987, 43. Las estancias a partir del II al norte y al este pertenecen al balneum, el resto a la parte habitacional.   

Recinto termal, las P significan piscina. Imagen de García Entero. García Entero, Virginia. 1997, 332.

Imagen del tepidarium y caldarium, donde se ven los pilares anteriormente aludidos llamados pilae. Ibídem, 341.

Mosaico de las Sandalias. Foto de Martínez Pérez. Sanz Gamo, Rubí. 1987, 46.


Mosaico de Océano y los vientos. Océano aparece soplando en la parte inferior derecha. Imagen de T. Martínez Pérez. Ibídem, 52.



Bibliografía
García Entero, Virginia. 1997: “El conjunto termal de la llamada Villa del Camino viejo de las Sepulturas (Balazote, Albacete)” Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua 10, 327-350.
Muñoz Ojeda, Francisco Javier y Sarabia Bautista, Julia. 2004-2005: “Los mármoles de la Vega (Balazote, Albacete): tipos y morfología”, Lucentum XXIII-XXIV, 157-164.
Sanz Gamo, Rubí. 1987: “Mosaicos romanos del Camino Viejo de las Sepulturas (Balazote, Albacete)”, Al-Basit: Revista de estudios albacetenses 21, 43-64.
Sanz, Rubí y Gamo, Blanca. 2006: “La villa romana de Balazote (Albacete), reflexiones para una revisión”, Alexandra Chavarría, Javier Arce y Gian Pietro Brogiolo (eds.), Villas Tardoantiguas en el Mediterráneo Occidental, Madrid, 153-172.

Vicente Castro Martínez.
          

Almenara de Adaja

                                       Almenara de Adaja
¡Ya está aquí otra entrega de Tarracomientos!, esta vez le toca el turno a Almenara de Adaja. Si no la conocéis no os preocupéis porque dispondréis de un mapa adjunto que os permitirá ubicarla. En cualquier caso, nuestro yacimiento (en realidad su nombre es La Calzadilla), el cual alumbró esta conocida villa se encuentra al sur de la provincia de Valladolid en el municipio que da nombre al lugar, prácticamente en el límite con la de Segovia, en la Comunidad de Castilla y León. Su vinculación a Segovia antaño era muy importante ya que según la red viaria de Antonino de época bajoimperial (siglo IV), aparece como perteneciente al territorium de la localidad segoviana de Coca (entonces Cauca). 
El lugar fue descubierto por casualidad (mientras se desarrollaban labores agrícolas) en 1887, aunque en estos momentos el hallazgo se redujera únicamente a un mosaico. Pese a su descubrimiento, la villa seguiría sin ser excavada hasta los años cuarenta del siglo XX, a pesar, de que previamente se informara del hallazgo de determinados objetos, aunque sin demasiado contraste. Hasta 1942 no se descubrirían un gran número de mosaicos y excavaciones. Desgraciadamente hasta 1969 se detendría debido al traslado de su director Nieto a Madrid. En la siguiente fase que se inicia en este último año y que continúa durante las dos décadas siguientes dándose a conocer no solo la estructura de la villa, sino también unas necrópolis de época visigoda y restos de poblamientos de época neolítica, lo cual demostró que este lugar ya era conocido bastante tiempo antes de la llegada de los romanos. Finalmente, en 1997 se construyó el museo del yacimiento que puede visitarse. 
La villa en cuestión parece ser que inició su actividad en el siglo III d. C. hasta la segunda mitad del siglo IV en el cual se construyó la nueva, y continuó hasta el siglo V-pasando a estar la fachada principal en la parte oriental-, pese a lo cual es probable que continuase siendo utilizada como necrópolis, ya que se encuentran restos de época visigoda. Como en muchas ocasiones las villae romanas deben estudiarse en dos partes: época altoimperial y bajoimperial, ya que se aprecian diferencias sustanciales entre una y otra, para empezar, la suntuosidad y el lujo que caracteriza a la segunda. Dentro de lo último podrían incluirse las balnea, situadas en la parte occidental del complejo, que remplazaron a las de los primeros momentos, de menor tamaño. Disponían de las estancias tradicionales: Apodyterium (vestuario), Excusatio (letrinas), Frigidarium (baño frío), Caldarium (baño caliente). Cómo sabréis ya, el calor de las piscinas de agua caliente era aportado por un sofisticado sistema de calefacción que se denominada Hipocaustum, que mediante el calor producido en la combustión de la madera pilares subterráneos y cámaras de aire en las paredes aportaban el calor necesario a la estancia.
La parte central de la vivienda la comprendía, la pars urbana (ocupa una superficie de cerca de 2.500 m2), era el lugar donde el dominus (señor de la casa) y su familia, realizaban su vida: comían, se reunían, paseaban, dormían… Huelga decir, que las estancias de la villa, estaban distribuidas en torno a un peristilo o patio central. Un peristilo que estaba porticado y en cuyo centro probablemente hubiera una fuente para aportar frescor a la estancia. En la parte más oriental de la misma se encontraban las habitaciones, así como la cocina en cuya despensa de almacenaban tanto el grano como el aceite recogido en la propia explotación, dentro de lo que se llama pars agraria, la cual se encontraba fuera de sus muros. No se han encontrado restos fehacientes de producción vinícola, por lo tanto, sería aventurado hablar de la ubicación de la pars fructuaria. Los muros de toda la villa estaban hechos en opus caementicium (lo que actualmente se conoce como hormigón), lo cual los hacía muy resistentes.   Las habitaciones de los servus que trabajaban para la familia de la casa se encontraban en el noreste de la vivienda, la cual como es lógico contaría con elemental mobiliario para su descanso.
El aprovisionamiento de agua y el contar con una buena red de saneamiento era fundamental para el correcto desarrollo de la vida dentro de la misma, ya que no solo servía para evacuar el agua de las termas, sino que además con ocasión de las lluvias también era dirigida por una suerte de canalones al exterior de la villa. La presencia de una laguna en sus proximidades (actualmente no existe), permitía disponer de agua de manera bastante sencilla para alimentar al ganado, para nutrir los cultivos, para el desarrollo de la artesanía o, a través de pozos paliar las necesidades que hubiera dentro de la vivienda (culinarias o no), además, al ser una villa un lugar autosuficiente, se necesitaba conseguir alimentos, unos bienes que se obtenían de este humedal ya que allí acudían una fauna numerosa a beber y eran presa fácil para ser cazados. La presencia de esta laguna llamada de El Arroyuelo, posibilitaba que esta villa a diferencia de otras muchas no precisaba de poseer cisternas porque gracias a los pozos se paliaban las necesidades de agua. Las aguas fecales se evacuaban de las letrinas a través de una suerte de canal conectado con otro de mayor tamaño que partía del frigidarium, mientras que el agua de la lluvia lo hacía por un sumidero subterráneo.
Dentro del oecus (salón), más lujoso que junto con el otro tiene planta octogonal, se encuentra el famoso mosaico de Pegaso. Se encuentra en esta estancia no por casualidad, ya que es la más importante de la casa y aquella a la cual se abren las principales habitaciones. En el mosaico, aparece el legendario caballo cuidado de dos Ninfas (protectoras del agua dulce, ya que no en vano, pegasus deriva de una palabra griega que significa manantial). La escena es el centro de una composición caracterizada por patrones decorativos en forma de cenefa de color negro tras los cuales se ve la escena central separadas ambas, únicamente por un doble marco. 
También de manera accidental, como fue hallado el yacimiento más de un siglo antes, se halló recientemente una estela funeraria que ha sido datada entre los siglos III-IV y que estaba realizada sobre una caliza con gran componente de yeso, la cual, por supuesto era bastante blanda y muy sensible a la erosión, por lo que ha llegado hasta nosotros en un penoso estado de conservación. Sus dimensiones son: 28 cm de altura, 14,5 de ancho y 8,7 de grosor. Muchos especialistas en paleografía han achacado la simpleza de sus relieves rehundidos donde se sitúa la inscripción funeraria a que nos encontramos en un momento en el cual las ciudades van perdiendo importancia progresivamente y que además, para estelas funerarias de carácter cotidiano se contrataba a especialistas de los alrededores cuyo talento dejaba bastante que desear a juzgar por el resultado.
Dicho esto, ahora tenéis las imágenes para ilustrar lo aprendido y luego, una divertida actividad para completar lo aprendido ¿Os atrevéis?  
  



Excavaciones 1942 y excavaciones años 80. Ambas fotos de: Regueras Grande, Fernando. 2013, 138 y 140.

Desagüe para la evacuación del agua de lluvia en el pórtico septentrional. García Merino, Carmen y Sánchez Simón, Margarita. 2010, 199.

Estela funeraria Almenara de Adaja. García Merino, Carmen. 2008, 269.

Bibliografía:
Cuadrado Gutiérrez, Luís José. 2011: “El mosaico de Pegaso en la villa romana de Almenara de Adaja” Revista Atticus (edición impresa) 2 (junio), 80-88.
García Merino, Carmen. 2008: “Nuevos documentos epigráficos en el valle del Duero: un altar dedicado a Plutón y una estela funeraria rubricata”, Archivo español de arqueología 81 , 265-271.
García Merino, Carmen y Sánchez Simón, Margarita. 2010: “Abastecimiento de agua, saneamiento y drenaje en la villa romana de Almenara de Adaja” Saldvie: Estudios de prehistoria y arqueología 10, 189-206.

 Regueras Grande, Fernando. 2013: “La villa romana de Almenara de Adaja: más de un siglo de Historia” BSAA Arqueología 79, 131-152.

Almenara de Adaja
Vicente Castro Martínez.

Las termas romanas de Sant Boi (Barcelona)



Vamos a hablar de unas de las termas romanas mejor conservadas de Cataluña, las de Sant Boi de Llobregat, o San Baudelio si se prefiere, este municipio de la actual provincia de Barcelona se asentaba en un lugar estratégico en la desembocadura del río Llobregat en época imperial. Si bien estaba habitado por iberos en el siglo IV a. C. este asentamiento empieza a cobrar importancia por el comercio en época de Augusto, vendiéndose el vino aquí producido en la Galia e Italia. A mediados del siglo I de nuestra era se construyen las primeras termas, sin embargo, las termas que nos llegan hoy tendría su última gran remodelación entorno a finales del siglo II.

Las termas en la sociedad romanas cumplían un papel tanto higiénico como social, la gente no solo había de asearse, cosa que aún hacemos hoy en día a los dioses gracias, sino que además cumplían con una función social, se comentaban las noticias, se debatía y se creaban lazos de amistad y clientelismo fundamentales para entender la sociedad romana. A partir el Alto Imperio las villas empezaron a tener termas privadas, no solo para higiene, sino que eran también un elemento de prestigio como hoy en día puede ser un coche.

A las termas se accede por un apodetaryum o vestuario, se cambian las vestiduras por toallas y los zapatos por sandalias de madera. Tras ello se pasaba al tepidarium, donde un calor envolvía a los visitantes que muchas veces se untaban con perfumes. Tras ello pasaban al sudatorium, donde, cual sauna escandinava, los bañistas sudaban en un ambiente de calor y humedad, el calor proviene de un horno que, bajo las termas, transmitía el calor a través de pilares de ladrillo o pilae, y muchas veces también a través de las paredes, con conductos que comunicaban con el horno. Seguidamente está el caldorium, donde habría temperaturas y humedad muy altas, ahí podrían bañarse en una piscina de agua caliente y habituaba a haber una pila de agua fría. Finalmente se pasaba al frigidarium, una sala con una piscina de agua fría donde podrían cerrar los poros. Un verdadero spa a la antigua. En las termas públicas se dividía el espacio entre hombres y mujeres.

Así pues, las termas de Sant Boi seguían este esquema general entre caliente y frio, y es más que probable que se usaran aún en época visigótica, abandonándose posteriormente. A finales de los años 50 del siglo XX se redescubren estas termas, llamando la atención particularmente por su decoración y sus mosaicos. Otra particularidad es el gran tamaño del frigidarium y su piscina. En este caso se trataba de unas termas privadas, solo accederían los miembros de la familia y los esclavos se encargarían de su mantenimiento y funcionamiento, recogerían las ropas o pondrían leña al fuego entre otras funciones.



Bibliografía:

PUIG I VERDAGUER F. (1987) Les termes romanes de Sant Boi de Llobregat, Fonaments, Vol. 6, Curial, Barcelona, ISSN 0210-2366

Por: Rafael Guerrero.

La Villa de los Villaricos


              
               La Villa de los Villaricos 

En este caso la Villa de los Villaricos, se encuentra en la se encuentra en la Región de Murcia, concretamente en el noroeste de la misma, próxima a un municipio llamado Mula (5 kilómetros al este), sobre una suave colina a 300 metros sobre el nivel del mar. 
Como tantas otras en el caso de Hispania, fue fundada en época altoimperial (perteneciendo al Conventus Carthaginensis), partiendo de la base de que las cronologías en esta época se encuentra íntimamente ligada a los restos materiales encontrados. Pese a todo, parece que los especialistas se han puesto de acuerdo en que su fundación se sitúa a finales del siglo I d.C e inicios del II (no se sabe a ciencia cierta, pero parece ser que no fue promovida a municipium como muy pronto hasta época flavia). Es probable que previamente a la llegada de los romanos estuviese poblado el lugar, ya que estamos en el yacimiento de El Cigarralejo de época íbera (siglos V a.C). En esta zona ya hubo excavaciones a finales de la década de los cuarenta, pero como sucedió habitualmente en España, algunos yacimientos se quedaron cuasi sin descubrir hasta las grandes campañas arqueológicas de los años 80. Gran parte de nuestro conocimiento sobre los asentamientos de época romana procede de dichas campañas. Esta uilla como sucedía con todas tenía una finalidad recreativa, es decir, solo era utilizada por el dominus para escapar del estrés que proporcionaban tanto la ciudad como los asuntos ligados a ella. 
Como siempre sucede, se dividía en dos partes: la pars urbana y la pars rustica. A partir de la entrada que se situaba en la parte orientada al sur del complejo, por supuesto porticada, se accedía al peristilo tras superar un pasillo de más de cuarenta metros. Este peristilo como sucedía y sigue sucediendo en parte en muchas casas que en la actualidad guardan la misma distribución, no era más que un patio central flanqueado por columnas que comunicaba las estancias de las uillaeEn este caso al oeste se situaba la domus (en época bajoimperial, al norte del peristilo se construyó una estancia de planta basilical que ha dado lugar a amplios debates decorada con opus tessellatum (mosaicos realizados con teselas) y cuyas paredes estaban encaladas, parece ser que los investigadores se inclinan por reconocer que era la estancia destinada al triclinium y la celebración de banquetes)    o dormitorios del dominus y su familia, al este la zona de trabajo, dedicada en este caso fundamentalmente al procesado del aceite destinado a la exportación, y en la parte más al oeste estaban las termas o balneum (construidas a caballo entre finales del siglo II y comienzos del III d.C) situadas casi separadas del conjunto residencial. De estos dos últimos elementos se hablará en breves momentos. También merece salir en esta descripción las necrópolis (tres), las cuales parece ser que estuvieron en uso hasta época visigoda. 
Volviendo a lo anterior, sería interesante que volviésemos a la planta de la uilla y dirigiéramos la vista hacia su lado este, aquí como se ha dicho anteriormente se situaba el torcularium o lugar de trabajo. A pesar de la importancia que en este caso tenía la producción de aceite, en otros casos peninsulares, dicha preponderancia correspondía al vino, como es el caso de la famosa Villa de las Musas en Arellano (Navarra). Una vez que las olivas eran cosechadas eran trasladadas a unas cámaras donde se las prensaba, dicho líquido pasaba a una serie de depósitos con una capacidad de entre 2.500 y 5.000 litros, donde se acumulaba y se decantaba eliminando desperdicios que pudieran haberse colado en el prensado. Tras ello solo quedaba ir introduciendo el "oro líquido" en recipientes estrechos, con fines de uso doméstico, pero también en gran medida se destinaba a la exportación. Hay pruebas de que la villa estaba inserta en circuitos comerciales debido a una serie de rutas de carácter secundario que la comunicaban con la vía que comunicaba Carthago Nova-Complutum.  
Una vez que el proceso de elaboración del aceite ha concluido, vamos a relajarnos trasladándonos hacia el oeste de la construcción, es decir, las termas (no olvidéis que los únicos que tenían a su alcance el poder usarlas eran el dominus y su familia, así como, sus invitados ilustres, con la intención de agasajarles, pues los criados para lo único que entraban en ellas era para mantenerlas en perfecto estado). Como habréis leído previamente, el balneum no estaba en los primeros momentos de construcción de la uillapues hasta comienzos del siglo III no se terminaron de construir, esto denota que con la marcha del patriciado de las ciudades, las villas se convirtieron en centros de residencia habitual para ellos, y por lo tanto, debían de estar adaptadas a las necesidades de lujo y suntuosidad a la que estaban acostumbrados. Aunque como os imagináis las termas no eran un todo homogéneo, había estancias que variaban en cuanto a la temperatura o la finalidad de su uso: Frigidarium (baño de agua fría), Piscina, Exedra, Laconicum (baño de vapor o sauna)Caldarium (baño de agua caliente) y Praefernium (la caldera).  
Aunque se salga del ámbito cronológico que abarca el blog, es necesario recordar que con el abandono definitivo de la villa en torno al siglo V la parte residencial alberga restos humanos, los cuales se han datado entre los siglos V-VII, aunque los restos de mayor antigüedad datan del siglo II, algunos autores señalan como aprovechando el estado en el que quedó nuestra villa, los habitantes de los alrededores hicieron acopio de material para sus construcciones, algo que fue costumbre en otras partes de la península y que ha posibilitado que las construcciones no lleguen a la sociedad íntegras o cómo mínimo en un estado aceptable de conservación. 


Situación de los Villaricos y otros yacimientos prerromanos en las proximidades. González Fernández, Rafel y Fernández Matallana, Francisco. 2009: 349.

Planta de la villa. Imagen extraída de http://www.losvillaricos.es/wp-content/uploads/2011/05/PLANO-GENERAL.jpg. Propiedad de José Gabriel Gómez Carrasco. 

Las termas. Número28 es el Frigidarium;  el 29 es la Piscina; el 30 es la Exedra; el 32 es  el Trepidarium/ Laconium; el 33 el Caldarium; y por último, el 34 corresponde al Praefurnium. Imagen procedente de: Lechuga Galindo, Manuel. 2001-2002, 483.   

"La basílica". Lugar reservado al Triclinium como se dijo en líneas anteriores, de ahí el entrecomillado al título que alude a la polémica desatada en la que se le asignó en un comienzo el papel de lugar de culto. González Fernández, Rafel y Fernández Matallana, Francisco. 2009: 366. Tenía una superficie de 70 metros cuadrados Ibídem, 365.
Bibliografía 


-González Fernández, Rafael y Fernández Matallana, Francisco. 2009: "La uilla de los Villaricos (Mula, Murcia). Un ejemplo de asentamiento rural romano", en Noguera Celdrán, José Miguel (coord.), Actas de las II Jornadas sobre poblamiento rural romano en el sureste de la península, Murcia, 347-375. 
-2011-2012: "Elementos y estructuras de producción de aceite de oliva en la villa de los Villaricos (Mula-Murcia). Nuevas evidencias", Anales de prehistoria y arqueología  27-28, 305-317. 
-Lechuga Galindo, Manuel y Amante Sánchez, Manuel. 1991: "El yacimiento romano de "los 
0px;">Villaricos" (Mula, Murcia). Aproximación al estudio de un establecimiento de época romana en la Región de Murcia", Antigüedad y Cristianismo 8, 363-389.  
-Lechuga Galindo, Manuel. 2001-2002: "El conjunto termal de la villa romana de los Villaricos", Anales de prehistoria y arqueología 17-18, 477-494.  
-http://www.losvillaricos.es/wp-content/uploads/2011/05/PLANO-GENERAL.jpg
Villa de los Villaricos
Vicente Castro Martínez.